El Cápac-Ñan («camino del señor») era una extensa red de caminos (de aproximadamente 4.000 kilómetros) que conectaba a todas las regiones del Tahuantinsuyo. La red vial se adecuaba a la topografía del terreno y permitía cruzarlo a pie. Asimismo, esta obra estatal permitió el dominio y organización del territorio.
Constaba de dos caminos principales (uno en la costa y otro en la sierra) que servían como troncales para múltiples caminos secundarios que cruzaban el territorio hacia el este y el oeste. Ambas vías troncales recorrían el territorio longitudinalmente. El camino de la costa unía los diferentes valles cerca del litoral; en cambio, el camino de la sierra recorría los Andes desde la ciudad de Cusco hasta Quito (Ecuador). Los caminos podían estar afirmados, delimitados por piedras, o empedrados (preferentemente en la sierra).
A lo largo de estas vías se construyeron puentes (de troncos, colgantes y flotantes), así como tambos (lugares de descanso) cada 20 kilómetros de vía, en donde los funcionarios, el ejército, o el inca y su séquito se abastecían de alimentos para continuar con sus viajes. Además, existían los chasquihuasis, que eran pequeñas postas a lo largo de los caminos, especiales para los mensajeros imperiales conocidos como chasquis.
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